La escuela de Gabriela es una iniciativa financiada y apoyada por la Unidad de Públicos y Territorios del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en el marco de su programa de cocreaciones artísticas ciudadanas. Su estreno está programado para noviembre, durante el Mes de los Públicos 2025.
LA ESCUELA DE GABRIELA
Una iniciativa artística de participación ciudadana que invita a explorar la memoria y la identidad del territorio desde la figura de Gabriela Mistral y su paso como directora del Liceo de Niñas de Temuco.
REFLEXIONES DE MISTRAL
sobre la educación, tomadas de sus ensayos, discursos y “recados”.
LA MISIÓN DEL MAESTRO
Mistral destaca que el maestro no solo transmite conocimientos, sino que forma almas, guiando con paciencia y afecto el crecimiento espiritual y humano del estudiante
LA EDUCACIÓN COMO ACTO DE AMOR
Afirma que enseñar es un acto profundamente afectivo: la educación nace del cariño, y quien educa debe hacerlo con ternura, porque el aprendizaje florece donde hay calor humano.
ESCUELA Y COMUNIDAD
Sostiene que la escuela debe estar abierta al mundo, vinculada a la comunidad, para que la educación sea un trabajo colectivo y no un esfuerzo aislado entre cuatro paredes.
EDUCAR PARA LA LIBERTAD
En varios ensayos insiste en que la educación tiene como fin último la libertad interior, la capacidad de pensar, elegir y actuar con conciencia propia.
EL VALOR DE LA CULTURA RURAL
Defiende la importancia de enseñar desde la identidad local: la escuela debe respetar y nutrirse de la cultura del campo, de sus saberes y su dignidad.
FORMACIÓN DEL CARÁCTER
Para Mistral, la educación debe trabajar el carácter y la ética, no solo el intelecto: formar seres íntegros, responsables, sensibles.
EL ROL SOCIAL DEL MAESTRO
Reitera que el educador es una figura fundamental para el progreso de los pueblos: donde hay un buen maestro, nace la posibilidad de un país mejor.
LA EDUCACIÓN DE LA MUJER
En Lecturas para mujeres, Mistral llama a educar a la mujer para que sea actora plena de la vida social, con pensamiento crítico y autonomía.
ENSEÑAR EN LA POBREZA
Reflexiona sobre su experiencia en escuelas humildes: el maestro que trabaja en la precariedad es un servidor del futuro, sembrando esperanza donde parece no haberla.
EL ARTE COMO VÍA EDUCATIVA
Afirma que la poesía, la música y la belleza son necesidades educativas, porque el arte despierta la sensibilidad y eleva el espíritu de los niños.
“La escuela debe ser casa abierta, donde entra el viento vivo de la comunidad”
“La maestra es sembradora de almas: cada gesto suyo deja una huella en el porvenir”
“La educación verdadera despierta libertad: enseña a pensar y elegir por uno mismo”
POEMAS DE GABRIELA MISTRAL SOBRE EDUCACIÓN, INFANCIA Y ESCUELA
POEMARIO MISTRAL
Selección de algunos de los poemas más emblemáticos de Gabriela Mistral
DAME LA MANO
Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más…
El mismo verso cantaremos,
al mismo paso bailarás.
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.
Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina y nada más…
AUSENCIA
Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.
¡Se te va todo, se nos va todo!
Se va mi voz, que te hacía campana
cerrada a cuanto no somos nosotros.
Se van mis gestos que se devanaban,
en lanzaderas, debajo tus ojos.
Y se te va la mirada que entrega,
cuando te mira, el enebro y el olmo.
Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con vigilia y con sueño,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
Y en tu memoria me vuelvo como esos
que no nacieron ni en llanos ni en sotos.
Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor, y en tu boca de mosto.
Tu entraña fuese, y sería quemada
en marchas tuyas que nunca más oigo,
¡y en tu pasión que retumba en la noche
como demencia de mares solos!
¡Se nos va todo, se nos va todo!
RIQUEZA
Tengo la dicha fiel
y la dicha perdida:
la una como rosa,
la otra como espina.
De lo que me robaron
no fui desposeída;
tengo la dicha fiel
y la dicha perdida,
y estoy rica de púrpura
y de melancolía.
¡Ay, qué amante es la rosa
y qué amada la espina!
Como el doble contorno
de dos frutas mellizas
tengo la dicha fiel
y la dicha perdida.
AMOR AMOR
Anda libre en el surco, bate el ala en el viento,
late vivo en el sol y se prende al pinar.
No te vale olvidarlo como al mal pensamiento:
¡le tendrás que escuchar!
Habla lengua de bronce y habla lengua de ave,
ruegos tímidos, imperativos de mar.
No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave:
¡lo tendrás que hospedar!
Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas.
Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar.
No te vale decirle que albergarlo rehúsas:
¡lo tendrás que hospedar!
Tiene argucias sutiles en la réplica fina,
argumentos de sabio, pero en voz de mujer.
Ciencia humana te salva, menos ciencia divina:
¡le tendrás que creer!
Te echa venda de lino; tú la venda toleras.
Te ofrece el brazo cálido, no le sabes huir.
Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque vieras
¡que eso para en morir!
TRES ÁRBOLES
Tres árboles caídos
quedaron a la orilla del sendero.
El leñador los olvidó, y conversan
apretados de amor, como tres ciegos.
El sol de ocaso pone
su sangre viva en los hendidos leños
¡y se llevan los vientos la fragancia
de su costado abierto!
Uno torcido, tiende
su brazo inmenso y de follaje trémulo
hacia el otro, y sus heridas
como dos ojos son, llenos de ruego.
El leñador los olvidó. La noche
vendrá. Estaré con ellos.
Recibiré en mi corazón sus mansas
resinas. Me serán como de fuego.
¡Y mudos y ceñidos,
nos halle el día en un montón de duelo!
NOCHE
Las montañas se deshacen,
el ganado se ha perdido;
el sol regresa a su fragua:
todo el mundo se va huido.
Se va borrando la huerta,
la granja se ha sumergido
y mi cordillera sume
su cumbre y su grito vivo.
Las criaturas resbalan
de soslayo hacia el olvido,
y también los dos rodamos
hacia la noche, mi niño.
LA TIERRA
Niño indio, si estás cansado,
tú te acuestas sobre la Tierra,
y lo mismo si estás alegre,
hijo mío, juega con ella…
Se oyen cosas maravillosas
al tambor indio de la Tierra:
se oye el fuego que sube y baja
buscando el cielo, y no sosiega.
Rueda y rueda, se oyen los ríos
en cascadas que no se cuentan.
Se oyen mugir los animales;
se oye el hacha comer la selva.
Se oyen sonar telares indios.
Se oyen trillas, se oyen fiestas.
Donde el indio lo está llamando,
el tambor indio le contesta,
y tañe cerca y tañe lejos,
como el que huye y que regresa…
Todo lo toma, todo lo carga
el lomo santo de la Tierra:
lo que camina, lo que duerme,
lo que retoza y lo que pena;
y lleva vivos y lleva muertos
el tambor indio de la Tierra.
Cuando muera, no llores, hijo:
pecho a pecho ponte con ella,
y si sujetas los alientos
como que todo o nada fueras,
tú escucharás subir su brazo
que me tenía y que me entrega,
y la madre que estaba rota
tú la verás volver entera.
EL AMOR QUE CALLA
Si yo te odiara, mi odio te daría
en las palabras, rotundo y seguro;
pero te amo y mi amor no se confía
a este hablar de los hombres, tan oscuro.
Tú lo quisieras vuelto en alarido,
y viene de tan hondo que ha deshecho
su quemante raudal, desfallecido,
antes de la garganta, antes del pecho.
Estoy lo mismo que estanque colmado
y te parezco un surtidor inerte.
¡Todo por mi callar atribulado
que es más atroz que el entrar en la muerte!
BALADA
Él pasó con otra;
yo le vi pasar.
Siempre dulce el viento
y el camino en paz.
¡Y estos ojos míseros
le vieron pasar!
Él va amando a otra
por la tierra en flor.
Ha abierto el espino;
pasa una canción.
¡Y él va amando a otra
por la tierra en flor!
El besó a la otra
a orillas del mar;
resbaló en las olas
la luna de azahar.
¡Y no untó mi sangre
la extensión del mar!
El irá con otra
por la eternidad.
Habrá cielos dulces.
(Dios quiera callar.)
¡Y él irá con otra
por la eternidad!
